Atraídos por el ambiente campestre, cada vez son más las personas que compran casa en áreas que hasta hace poco eran terrenos agrícolas. Pero muchos pronto encuentran un ambiente no tan idílico como esperaban con el ruido, polvo y algunos olores desagradables que emanan de las granjas vecinas.
La especialista en manejo de desperdicios agrícolas Deanne Meyer, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, ha estado observando la interacción de vecinos en estas nuevas comunidades.
Meyer: “For the people who have moved in, to be a good neighbor means that if you… Para los nuevos residentes, ser buen vecino significa que, puesto que se han mudado a un área agrícola, van a tener que aceptar cosas a las que no están acostumbrados…”.
Y Meyer agrega que, por su parte, muchos granjeros están implementando medidas para mejorar la convivencia. Por ejemplo, un mejor control de desperdicios que atraen a moscas y causan malos olores, y reduciendo el ruido de maquinaria adaptando sus horario de trabajo al de los nuevos residentes que usualmente trabajan fuera del vecindario.
De la Universidad de California, Alberto Hauffen.

Lo que parece ser una invasión de residentes urbanos preocupa a un número cada vez mayor de granjeros californianos. Muchos de los nuevos vecinos pronto empiezan a protestar por el ruido, polvo, moscas y otras características de las labores agrícolas.
La especialista en manejo de desperdicios agrícolas Deanne Meyer, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, explica que muchos granjeros ahora ofrecen días de visitas para que los nuevos residentes conozcan las granjas.
Meyer: “There are farm tours to try to explain to their new neighbors what’s going on… Estas son visitas organizadas para explicarles cómo se vive en el campo y cómo se producen los alimentos. Así no pensará que los granjeros quieren echarlos del vecindario con el ruido y los malos olores”.
Meyer agrega que, muchos granjeros están implementando medidas, como cambio de horario de operaciones, para hacer más placentera la vida de sus nuevos vecinos; pero también esperan más compresión de su parte.
Meyer: “You move to the country for country; you should enjoy it. It comes with land… Uno se muda al campo por su ambiente campestre; pues a disfrutarlo. Ofrece campo abierto, animales, a veces malos olores y unas cuantas moscas”.
De la Universidad de California, Alberto Hauffen.

Lo que parece ser una invasión de residentes urbanos preocupa a un número cada vez mayor de granjeros californianos. Muchos de los nuevos vecinos pronto empiezan a protestar por el ruido, polvo, moscas y otras características de las labores agrícolas.
La especialista en manejo de desperdicios agrícolas Deanne Meyer, de Extensión Cooperativa de la Universidad de California, explica que muchos granjeros ahora ofrecen días de visitas para que los nuevos residentes conozcan las granjas.
Meyer: “There are farm tours to try to explain to their new neighbors what’s going on… Estas son visitas organizadas para explicarles cómo se vive en el campo y cómo se producen los alimentos. Así no pensará que los granjeros quieren echarlos del vecindario con el ruido y los malos olores”.
Meyer agrega que, muchos granjeros están implementando medidas, como cambio de horario de operaciones, para hacer más placentera la vida de sus nuevos vecinos; pero también esperan más compresión de su parte.
Meyer: “You move to the country for country; you should enjoy it. It comes with land… Uno se muda al campo por su ambiente campestre; pues a disfrutarlo. Ofrece campo abierto, animales, a veces malos olores y unas cuantas moscas”.
De la Universidad de California, Alberto Hauffen.

Según investigadores de la Universidad de California en Los Angeles, el área de Los Angeles atrae a uno de cada cinco inmigrantes que llegan a Estados Unidos. Pero Roger Waldinger, director del departamento de Sociología del plantel angelino, advierte que, a menos que el estado tome una acción pronta y adecuada, dentro de pocos años la mayoría de la población en esa ciudad vivirá en la pobreza.
Waldinger, co-autor del libro “Strangers at the Gates”, anota que la mayoría de los inmigrantes son mexicanos que llegan con una educación inferior al sexto año. Y aunque sus redes sociales les ayudan a conseguir empleo rápidamente, sus salarios no les permiten vivir por encima del nivel de pobreza; en cierta forma, Waldinger culpa a estas mismas redes sociales de encauzarlos a empleos que otros residentes no aceptarían.
Según el estudio, el gobierno estatal debe aumentar las oportunidades de educación para estos inmigrantes y sus hijos y capacitarlos para obtener empleos mejor remunerados.
De la Universidad de California, Myriam Grajales-Hall.